Señor lo será tu padre…

Hay un día en el que te das cuenta que eres demasiado viejo para morir joven, y no es otro que cuando te llaman por primera vez «Señor» («Señor o Señora»).

Es síntoma precoz. Un aviso de la vejez anticipada. No tienes canas, no haces ruiditos al levantarte, ni sabes si va a llover o no en función de lo que te duelen las rodillas. Pero ese día, vuelves a tu casa y sabes que algo huele mal.

Joder, a mí eso me pasó con 20 años cuando a unos p… Niños se les escapó el balón por encima de la valla.

«Señor… ¿Me devuelve el balón?»

¿Señor?… Pues ahora me lo quedo. (Y la próxima vez, te lo piensas antes de insultar).

Uno no puede ir por ahí llamándole señor a la gente y esperar que no tenga consecuencias.

Porque no es respeto. Escuchas lo de señor y notas como se dibuja una sonrisita en su rosto.

Y es que si te fijas bien, lo pueden percibir. Puedes notar como lo mastican, como saborean, como lo van a disfrutar.

Se regodean y prolongan el disfrute ¿Cómo? Gracias a la introducción del momento de intriga.  Es el tiempo de incertidumbre donde se masca la tragedia. Es ese silencio, que a pesar de no durar más de unos segundos… Se convierte en eterno. Esos segundos en los que se produce el intercambio de miradas, los ceños se fruncen y suenan tambores a lo lejos.

«Qué le puedo ofrecer … Señor»

«Me puede decir la hora… Señor»

«La ayudo con las bolsas… Señora»

Lo peor de todo es que no puedes protestar.

Tampoco intentes aquello de «Llámame de tú… que señor me hace viejo». Pues claro que te lo hace, acaso pensabas que te lo ha dicho con otra intención… o que va por ahí llamando señor a sus amigos.

No creo que haya llamado señor a nadie en su vida. Te lo está llamando a ti para que te jodas. Si igual es más viej@ que tú,

No te puedes poner digno y aleccionar

«En mi época teníamos más respeto por…» ¿Te estas escuchando? Si tan siquiera inicias la frase… Mejor agacha las orejas y te vas. Ya no eres ni señor… Eres el abuelo cebolletas.

Pero no te puedes revolver ni contestar.

Sonríes. Asientes y le contestas con toda la amabilidad del mundo… Y por dentro piensas… «A mí no me llames señor… Señor… Tu P madre»

Un penique por tus pensamientos.

@Ylax_blue